LOS SIMBOLOS EN LA NOVELA "A LA SOMBRA DEL BUHO

Por RICARDO MOSQUERA EASTMAN

Es difícil acercarnos a "A la Sombra del Búho" y concebirla como una expresión unilateral, fácil de reducir a un solo tema. Claro, siempre se puede reducir las cosas a temas muy simples, y las grandes obras pueden significarse en las tres o cuatro cosas que hacen al mundo, el misterio de la vida, el misterio del amor, el misterio de la muerte, el misterio de lo que esta más allá de la muerte. Pera es difícil concebir una obra total con parcialidades. Hay un célebre apólogo que se repite siempre, la historia del elefante en la oscuridad. En un pueblo deteriorado llevan un día un elefante y lo guardan en un lugar oscuro. No había luz y el pueblo nunca había visto un elefante. Entonces eligen a cuatro o cinco notables para que vayan a ver el elefante y luego cuenten su experiencia. Entraron en el cuarto oscuro, y tuvieron que conocer al elefante por el tacto. Uno tocó su trompa, otro sus patas, otro sus colmillos, otro sus orejas, otro su vientre. Y cuando volvieron a la luz, cuando volvieron a la plaza del pueblo y contaron a sus vecinos asombrados lo que era un elefante, quién había tocado la trompa dijo que el elefante era como un cañón, el que había tocado sus patas que era como las columnas de un palacio; el que tocó su vientre señaló, que como un techo bajo; el que había tocado sus colmillos dijo que ere un inmenso cuchillo, peligroso en la guerra; el que había tocado sus orejas, dijo que era como una palmera. Cada uno de ellos, desde su punto de vista, señalaba analógicamente lo que había experimentado. Pero ninguna de esas experiencias parciales era el elefante. Tampoco era el elefante la suma de todas esas experiencias, porque, naturalmente, el todo no es igual a la parte, pero el todo tampoco es igual la suma de las partes. Hay una distinción radical entre el todo y la parte o las partes que hace que, cuando no hay experiencia de la totalidad, toda experiencia sea relativizada y difícil de comunicar.
Con las grandes obras literarias pasa lo mismo. En el caso de "A la Sombra del Búho", cuya brevedad no es obstáculo para una profundidad notable, sucede también así. Cada uno de nosotros, conciente o inconcientemente, tiende a proyectar en la experiencia de la obra de arte su propio condicionamiento. Y de esa manera aparecen las posibles interpretaciones múltiples, porque la realidad se da siempre en planos múltiples. La realidad no es unívoca sino en cuanto realidad. Toda obra de arte, toda obra verdaderamente profunda, que penetra en los estratos fundamentales del ser, es una especie de puente entre universos, representa una posibilidad de interpretaciones, que no son excluyentes sino complementarias. La unidad se manifiesta a través de una pluralidad que no la oculta ni la desvirtúa, sino que la manifiesta. Esa pluralidad es la realidad manifiesta. Puede aplicarse la imagen del diamante o la imagen de la caravana. Supongamos un diamante infinito de infinitas caras. Cade cara no es el diamante, pero cada cara es el modo con que el diamante se manifiesta. Y el diamante esa cara con el conjunto de todas las otras caras a través de su manifestación angular. O la historia de la caravana, que llegando a un pueblo pasó la calle principal. Los que estaban a la derecha dijeron que era una caravana azul; los que estaban a la izquierda dijeron que era una caravana roja; y discutiendo los dos su verdad y dispuestos a morir por ella, llegaron a las manos y se destrozaron entre sí. La verdad era otra cosa; la caravana estaba partida en dos colores. La mitad de la derecha era azul, la mitad de la izquierda era colorada. Ninguno de los dos mentía, pero ninguno de los dos expresaba toda la verdad.
Lo mismo nos va a pasar a nosotros con la interpretación del "Búho".
Es compleja. Nos da posibilidades de proyectar nuestro conocimiento, de proyectar nuestra propia interpretación en esta obra que va mucho más allá de nuestras posibilidades. Y cómo la vamos a interpretar? No es fácil. Esa misma polivalencia la obra literaria hace que pueda ser interpretada desde distintos puntos de vista. Puede ser analizada desde un punto de vista metafísico, en una concepción integral del universo. Puede ser analizada desde el punto de vista psicológico, analizando los caracteres de los personajes. Puede ser analizada desde un punto de vista sociológico o histórico, ya sea referida a una sociedad determinada, ya sea referida e las normas generales de la sociología. Puede ser analizada desde un punto de vista literario, en cuanto a estructura, en cuanto a forma literaria. Incluso puede ser analizada desde un punto de vista semántico, en cuanto a estructura del idioma, o a los significados ocultos a través de las palabras. El conjunto de estos análisis excedería las posibilidades de una conferencia, pero de todas maneras vamos a tratar de dar algunos de los elementos que se refieren a cada uno de estos aspectos.
Una vez señalamos que la estructura de "A la Sombra del Búho" era una estructura caleidoscópica. El caleidoscopio es un instrumento muy especial; es un prisma, prisma formado por tres espejos, Y no es arbitraria la referencia al caleidoscopio, porque precisamente, en parte e su novela Luisa Mercedes Levinson habla del prisma irisado, y habla del espejo de tres lunas. Si un espejo de tres lunas cierra sus lunas, ese espejo se convierte en un caleidoscopio. Y la característica del caleidoscopio es la constante variedad de imágenes que aparecen determinadas por ese reflejo de tipo triangular. Son los juegos del espejo, juegos del espejo que están presentes en Luisa Mercedes Levinson, quien en algún momento se refiere a otro juego de los espejos, al juego de los espejos paralelos. Los espejos paralelos, caros a Borges, constituyen una experiencia curiosa desde el punto de vista psicológico, e incluso desde el punto de vista metafísico. Los espejos paralelos, al reflejarse infinitamente el uno al otro, producen la sensación del infinito; infinito muy precioso porque manifiesta la curvatura del infinito, cierta decadencia en la imagen, cierta entropía en la que el paralelismo ya no es perfecto. Es una experiencia útil de hacer, enfrentarse entre dos espejos paralelos y analizar la posibilidad del infinito material a través de esos juegos. Porque hay un juego meramente mental que puede hacer con los infinitos. Es un juego que yo lo llamo el juego del agua de colonia Atkinsons. No sé si ustedes recuerdan los frascos del agua de colonia Atkinsons, que tenía una etiqueta donde estaba una señora por tomar su baño, y esa señora tenía en sus manos, un frasco de colonia Atkinsons con una etiqueta donde estaba una señora que iba a tomar su baño, y tenía un frasco de agua de colonia en sus manos y así sucesivamente. Hay una imposibilidad de hecho, del reproducir al infinito la imagen, pero hay una posibilidad teórica de que esa imagen sea infinita, porque nunca puede terminar. En cambio, el infinito de los espejos paralelos es un infinito real, un infinito totalmente material, si se puede decir así; es el infinito del mundo que determina el espacio curvo. Fenómeno que Luisa Mercedes analiza al pasar, casi sin darle importancia, en un momento en que se está refiriendo al tema del espacio y el tiempo; y entonces dice que cuando el espacio y el tiempo se juntan aparece la curvatura. Efectivamente, la multiplicación del espacio y tiempo, que es la base de toda la concepción del mundo contemporáneo, induce la curvatura, produce el universo curvo y de esa manera nuestra amiga Luisa Mercedes Levinson, sin proponérselo, posiblemente, entra a incorporarse a las concepciones más modernas de nuestra física. Y no es casual, porque la última parte de su libro en realidad lo desarrolla sobre la base del personaje que se libera de sus ataduras comunes y entra, modificando completamente su vida, en una especie de conversión, a dedicarse, aún cambiando su nombre, al estudio de la física atómica, convirtiéndose en un personaje del mundo interespacial. Es así que esa estructura del caleidoscopio, aparece reflejada en la novela a través de los tres tiempos. Son tres tiempos que pueden desarrollarse de muchas maneras. Puede señalarse, por ejemplo, que uno es el pasado, el otro el presente; el otro el futuro. Todo ese concepto del tiempo, en la novela, está basado en una noción precisa de ucronía; expresamente, el tiempo esta confundido. En la novela, Luisa Mercedes Levinson, confunde el tiempo y lo confunde a sabiendas. El pasado es cierto que es pasado, el presente es cierto que es presente, el futuro es cierto que es futuro. Pero sin embargo, a cada momento, estamos en presencia de una especie de instante único, donde todos los tiempos se confunden; hay une relación intima entre los tiempos que hace que exista una especie de tiempo universal, en el cual el pasado, el presente y al futuro se ven desde un solo ángulo, en acto permanente, en acto constante. Es el tema del instante absoluto, el tema que en algunos filósofos, como Louis Lavelle, por ejemplo, se denomina con el nombre de la presencia total, el nombre que en la vieja mística tradicional se define como el concepto de la eternidad en acto, importante porque la eternidad no es ni un tiempo largo, ni la suma de todos los tiempos, sino que es, así como el todo no es igual a la parte, la eternidad radicalmente distinta del tiempo, aunque el tiempo funcione dentro de la eternidad y la eternidad funcione dentro del tiempo. Así como en cada parte está el todo y en el todo está cada parte, pero el todo y la parte no son idénticos.

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