LA NARRATIVA DE LUISA MERCEDES LEVINSON. "POTENCIA DEL SÍMBOLO"
Publicado en La Nación 07-03-1993 (fragmento)

Por MARÍA DEL CARMEN SUÁREZ

La obra de ficción de Luisa Mercedes Levinson está recorrida por una simbología que apunta a develar los misterios del paso del género humano por la tierra. Génesis, muerte y resurrección son ejes de su textualidad. Busca de transparencia ahondando en las aguas movedizas de terrenos oscuros, abordaje a las líneas de fuego del corazón y los secretísimos pasadizos del amor.
Los códigos de Levinson movilizan antiguas formas, recrean mitos situándolos en el mundo moderno. Contraparte de quiebra o fragmentación, la escritora unifica, consolida mediante la potencia del lenguaje simbólico, en el sentido que a éste le otorga René Guénon, es decir, expresión del conocimiento metafísico, forma indirecta de traducción de la realidad ultima.

Lilith y el búho son dos soportes de las numerosas claves de su obra y significativos signos para la comprensión de su universo.
Cada símbolo puede tener diversas lecturas. Tomaremos el de Lilith que aparece en la novela A la sombra del búho. Según la leyenda, fue la primera mujer de Adán, representada como una serpiente, pero también como búho. Bajo esta premisa auscultaremos lo que subyace en esta representación, desde una perspectiva que deja abiertas otras indagaciones del mismo texto.
Lilith era una hécate cananea. Los judíos hacían amuletos para protegerse de ella. Hécate, uno de los nombre que responden a las tres formas de Diana, a quien los antiguos llamaban Febea en el cielo (la luna), Diana en la tierra y Hécate en los infiernos, de donde proviene la denominación de triple Hécate. Esta trilogía está presente en la novela. En el capitulo que da nombre a la obra, el ave pasa volando en el momento en que la protagonista da a luz. "Va a morir, morir -aullaban las mujeres-. La vieja otra vez tomada de la liana, levantó una pierna, pero esta vez apoyó el pie en la pared y desde las honduras de Felicitas atornilló, tironeó y volvió a tironear. Felicitas lanzó un grito que hizo temblar al pozo y al mundo. Se desmayó, pero la machi y las mujeres la sostuvieron ahí amarrada, colgando sin sentido. Se oyó un vagido y en ese momento un búho pasó volando, pero la sombra de sus alas persistió por unos minutos largos. La machi cayó hacia atrás con las piernas en alto y un recién nacido amoratado y grasoso entre sus manos sangrantes. Los ojuelos del chico eran del turbio color de la caída de los cielos".
Y el búho (Lilith) es la sombra que conjuga dos instancias; la vida luminosa que surge y la poderosa fuerza de los oscuro que se cierne sobre el mundo como signo de muerte.
Según la tradición, Lilith no cumplía con sus obligaciones de esposa argumentando que no quería acostarse debajo de Adán porque era su igual. Ella lo abandonó para ir a vivir al Mar Rojo, lugar de demonios. Se la consideró espectro nocturno, enemigo de los partos y los recién nacidos, satélite invisible de la tierra. Su figura puede coincidir con la de Brunilda en la saga de los nibelungos, en contraposición a Crimilda (Eva). Símbolo de madre terrible, Lilith puede surgir como amante abandonada o como tentadora que en nombre de la imago materna presente y procura destruir al hijo y a su esposa. Este material mítico está señalado en forma transparente en A la sombra del búho.
El búho (Lilith) vuela en el momento del parto de Felicitas (Eva), la protagonista; y el tercer personaje femenino, la machi, es una mediadora, otro aspecto de la mujer, aquella que intercede ante los dioses. Lilith es la voz de las mujeres que anuncian la muerte, Felicitas (Eva) da a luz, la machi es la intermediaria entre el cielo y la tierra. El niño que nace tiene "los ojos turbios color de los cielos".
En pocas líneas, Levinson actualiza un rito. Al decir de Juan Eduardo Cirlot, "todo rito simboliza y reproduce la creación. Por otro lado, todo rito es una cita, una confluencia de fuerzas y ordenaciones, su sentido surge de la acumulación y de combinación de estos poderes concentrados."
Lo femenino se presenta en sus más variadas facetas. En este caso, en los tres aspectos de Diana. Lilith, la mujer oscura, tentadora y cruel. Eva, dadora fecunda dando a luz, madre de las cosas. En tanto la machi, profetiza trepada a un árbol, en éxtasis y entre la tierra y el cielo habla con Dios. La escritora utiliza símbolos y ritos confirmando una obra que parte de antiguas tradiciones para emerger revelando sus designios internos, aquellos que subyacen en la memoria e irrumpen en la creación.

                                                                                                               webmaster@luisamlevinson.com