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EL PAPAGAYO Y EL ANILLO
DE ORO: Alquimia y chamanismo en "La isla" de
Luisa M. Levinson.
por LILIA DAPAZ STROUT (PH.D.)
Universidad de Puerto Rico (Catedrática)
La reactualización de motivos míticos o
de cuentos populares en la literatura actual es un hecho
indiscutible. Comienzan con situaciones de conflicto y
se mueven hacia la restauración del orden y resolución
del problema originario. Aunque el héroe parece
amenazado con el fracaso, tiene éxito en su búsqueda
y logra su deseo ya por la conservación de su inocencia,
ya por su fidelidad a la verdad a la que aspira. Luego
de las duras pruebas a las que se somete, experimenta
el renacer espiritual prometido al héroe trágico,
que se expresa con el aumento del conocimiento de sí
mismo. Sin embargo, el lector que detecta el patrón
oculto en un relato mítico puede no notarlo en
la obra literaria que ofrece la situación existencial
del personaje y su pasión (padecer) y accionar
en un ambiente cultural contemporáneo o no. Los
temas míticos pueden reaparecer invertidos y la
inversión expresar el modo irónico del autor.
El tema de Orfeo y Eurídice desde su creación
en la mitología griega ha sido adaptado a la música,
a la literatura y al cine contemporáneo. El cantor
de Tracia era el gran iniciado, a la vez poeta, sacerdote,
místico, chamán y filósofo. Su cristianización
en el Siglo de Oro en el auto sacramental "El divino
Orfeo" de Calderón de 1634 y 1663 asocia el
rescate de Eurídice con la salvación del
alma y la redención.
Inspirado en el mito de Orfeo y su descenso fallido al
Hades para rescatar a Eurídice, LA ISLA (en adelante
LI) de Luisa Mercedes Levinson (en adelante LML) "parece"
repetir el fracaso del poeta. Pero LI ofrece una inversión
del mito original al hacer de Euri el centro de la narración.
Ella misma se embarca en un aparente viaje exterior, aunque
es una búsqueda interior para la integración
de la conciencia, que supone la unión de los fragmentos
separados de su ser. Su división o desmembramiento
se expresa por el duelo, luto y melancolía que
sigue a la muerte de su padre, y su caída en la
orfandad, agravada por una terrible enfermedad - lepra
- recién descubierta, causada por la mordedura
en el anular, por un papagayo, regalo de su novio, Jorge,
al regreso de un viaje al continente negro. El papagayo,
que después desaparece, verdadero "trickster"
o trampero es una versión aceptable de la serpiente
en el mito original de Orfeo, que a su vez remite a su
rol simbólico en la caída bíblica
y al concepto de "felix culpa," la caída
afortunada." Víbora" aparece al lado
de "lepra" (46). La relación Jorge/papagayo
es significativa y a pesar del rol negativo de Jorge resulta
un agente de cambio.
Una manera realista de leer LI sería considerarlo
un manifiesto feminista porque ofrece una versión
femenina del mito de Orfeo y la búsqueda de la
identidad de Euri, que culmina con el rechazo de su esposo
por su decisión de permanecer en la innominada
isla con los leprosos, aún ya curada de la incurable
enfermedad, que la llevó a apartarse en secreto
y voluntariamente de su sociedad al comenzar la narración.
Pero LI es más que una repetición del mito,
con el que tiene varios puntos de contacto. Ofrece una
reinterpretación muy personal e inspirada que culmina
en un relato simbólico en el que Orfeo no es el
héroe sino alguien con un nombre tomado del mito:
Euri por Eurídice, la esposa del poeta. En el mito,
Orfeo fracasa en el rescate por su precipitación
de mirar a su mujer antes de salir del Hades y es desmembrado
por las ménades o bacantes. Sin duda el mito ha
recibido múltiples lecturas, en las que no podemos
detenernos. En LI, que desde una visión realista
termina con la separación de los esposos, desde
una visión espiritual o mística termina
con su unión. Una lectura literal de LI sugeriría
que repite el "fracaso" del mito cuando al final
ocurre una lucha entre los leprosos - que veneran a Euri
como si les perteneciera - y Jorge, que quiere sacarla
de la isla (59-60). El estallido evoca el episodio fatal
de Orfeo. Jorge, expulsado en el motín, se marcha
solo, luego de una escena de violencia en la que "Un
puñado de barro lo alcanzó en el pecho"
(62). El barro le fue arrojado por Euri unida a los leprosos
porque ha decidido quedarse. La escena culminante posee
símbolos que invalidan una interpretación
literal.
A pesar de la apariencia, LI ofrece un final feliz porque
describe un proceso donde los actores del mito se han
transformado, por la magia del arte de LML, en arquetipos
de la conciencia e inconsciencia de un individuo único,
que buscan y logran la unión para la integración
en una conciencia superior, representada por Euri, la
única protagonista, que se convierte en un ser
indivisible e indestructible. La narración despliega
un proceso que ocurre en un espacio interior, la psique
de Euri, dividida al comienzo en un estado de duelo entre
su consciente e inconsciente. Euri, una nueva Orfeo, emprende
el camino mítico del héroe, dentro de sí
misma, matizado con imágenes, visiones y movimientos
que vienen de la alquimia y del chamanismo implícito
en el despedazamiento original en el mito.
En el patrón del nacimiento del héroe, él
mismo es sujeto y objeto de la búsqueda, así
como el dragón al que debe eliminar: el héroe
debe vencerse a sí mismo, de ahí su división
o desdoblamiento. En el transcurso del viaje se transforma
y se convierte en héroe, luego de las pruebas que
sufre.3 Euri empieza con una etapa de depresión
y melancolía (la "nigredo" del opus)
por la muerte de su padre (relacionado con el principio
de la conciencia) a lo que se suma el descubrimiento de
su terrible enfermedad, que la arroja doblemente en un
estado de orfandad. La lepra y la orfandad se asocian
en el lenguaje de la alquimia, siendo la lepra o "verdigris"
el mal de la piedra o "lapis," a la que también
se le llama huérfana.4 La raíz sánscrita
e indoeuropea orf- parece significar quedarse solo y la
soledad significa quedarse huérfano. Orfeo se quedó
solo y su desolación ocurre tras la doble pérdida
de su esposa. Este rodeo etimológico señala
un parecido entre Euri y Orfeo.
En LI el esposo se llama Jorge,5 alusión a San
Jorge, vencedor del dragón o serpiente, "el
vehículo del mal" (46) en LI. En el mito,
Eurídice muere por la mordedura de la serpiente
en el talón cuando jugaba con las ninfas el día
de su boda. En LI, la lepra se asocia a la mordedura del
papagayo en el anular de la mano izquierda.6
LML es una creadora con una visión mística.
Los no iniciados en esta línea de interpretación
quizás no perciban ni acepten el nivel espiritual
del cuento. Ese lector verá la asociación
con el mito de Orfeo sin relación con el orfismo,
una de las religiones mistéricas preocupada con
la redención, la inmortalidad del alma, la resurrección
y el renacimiento.7 El desafío mayor es cómo
leer LI más allá de lo literal. Como texto
espiritual puede analizarse de varios modos: a) en relación
al chamanismo - emparentado con el orfismo y la alquimia-
b) según la iniciación del héroe
- aquí una mujer- tratado por Eliade, Campbell
y otros.8 Esos estudios son esenciales, pero privilegiamos
una lectura a la luz de la psicología profunda
de Jung y su teoría de los arquetipos y el proceso
de individuación, con una fuerte dosis de símbolos
de la alquimia. La iniciación del héroe,
la individuación y la elaboración de la
piedra o el oro filosofal muestran imágenes arquetípicas
similares. Euri es a la vez la piedra (enferma) y el centro
potencial de la psique (el Self o sí mismo en Jung),
en suma, el (la) héroe que atraviesa un período
de mortificación, tortura y purificación
a través del sufrimiento.
Estos enfoques - esotéricos para intérpretes
tradicionales - sugieren la identificación de LML
con su personaje y la irrupción de imágenes
arquetípicas durante un proceso creativo inspirado,
involucrado en una tarea que muestra la riqueza de su
mundo interior. Creemos que LML durante la escritura -hablando
estrictamente desde la psicología profunda de Jung-
vivenció una experiencia del inconsciente colectivo
y una apropiación personal del mito que le permitió
el contacto repentino y directo con contenidos de su propia
psique que se le revelaron con imágenes eidéticas,
que proyectó en la página escrita como en
un espejo o pantalla. La autora se muestra, a través
de Euri, no sólo como visionaria, -alguien que
ve o pre/siente o anticipa más de lo normal- sino
también como inspirada, abierta hacia una esfera
superior, trascendente. Con capacidad "de desdoblarse"
(48) Euri pasa sin dificultad de la realidad cotidiana
a otra dimensión mayor, extática, presa
de un entusiasmo divino, un estado de posesión,
de furor poético, una manía que explota
con imágenes de estar fuera de sí (61-62).
La alusión al parecido entre Euri y la Sybilla
Cumanna por el grabado en el living de su casa (47) es
pertinente si evocamos la "theia mania," la
locura divina que Virgilio atribuye a la pitonisa en el
Libro VI de LA ENEIDA (6:42 y 6:100 y siguientes) en la
entrada al infierno en la gigantesca gruta de Cumas, donde
se dice de la Sibila: "súbitamente se demuda
su rostro, cambia de color, flotan en lo alto sus cabellos,
con fuerza jadea su pecho, enfurecido se hincha su corazón,
crece y crece hacia lo alto, ninguna palabra más
pronunciada, está alentada por el dios que se acerca...."9
Estas líneas de LA ENEIDA ayudan a entender la
comparación aludida arriba y el porqué del
estado de delirio de Euri, el vértigo, los trances,
falta de equilibrio, sensación de girar, las calesitas
de colores, las imágenes circulares así
como las visiones de desfiles de seres monstruosos, "comparsas
de máscaras con enanos, gigantes y cabezones"
(60) en un verdadero viaje de descenso del alma al otro
mundo, en cuyo suceder se inicia en el chamanismo, que
culmina con el total estremecimiento donde se mezclan
el llanto y la risa hasta "saltar como si bailara
y machacara su propio cadáver" (61-62), típico
de chamanes que contemplan su propia muerte y cadáver
durante la iniciación. El chamanismo se define
como una técnica del éxtasis, un estar fuera
de sí, un estado alterado de conciencia.10
Hacia el final, en un punto crucial hay un momento clave:
" Euri y Jorge, estaban apretados por la comparsa,
empobrecidos, eran la isla mientras los otros se hinchaban,
se erguían, enormes camalotes que se habían
bebido el río" (60). La transformación
de los otros -víctimas de la fealdad del deformante
mal- en camalotes, flores de gran belleza, sugiere un
cambio positivo en la escena donde ocurre la acción.11
Con un parentesco más allá del sonido con
"loto", el camalote que se origina en el barro,
merecería todo un tratado sobre el tema de la meditación
trascendental y la introversión, la vuelta de Euri
sobre sí misma, hacia su interior, sugerida por
el uso de "ensimismada" (55) y "desdoblarse"
(48). "Enroscada" (49, 53) da una imagen "serpentina,"
y sugiere que Euri es tanto el mal como la cura: el agente
y causa de la infección y la medicina.
La cita donde se alude a Euri y Jorge como "la isla"
(60) sugiere la necesidad de explorar el título
del cuento, que es algo más que un espacio geográfico12.
A veces se describe la personalidad como una isla que
refleja que alguna vez fue parte de un continente, que
ahora está aislada en el frío y oscuro océano.
En la mitología, la isla lejana es la proyección
del paraíso perdido y a veces el inconsciente desconectado
del consciente. De ahí su comparación en
LI con el infierno (55, 58). Pero también es centro
espiritual primordial, un "temenos" lugar sagrado,
santuario y refugio ("misticismo" 55).
Las repetidas alusiones a confinamiento y encierro -siendo
la isla un lugar de
"(a ) isla ( miento)" paradigmático-
sugieren un espacio interior, la psique de Euri, donde
se dramatiza de modo visionario la integración
de un elemento del inconsciente colectivo, el "animus"13
personificado por Jorge, para la expansión de la
conciencia y la llegada a una realización superior,
un renacimiento, la culminación de una iniciación
a una nueva vida. Como "animus" Jorge reside
en el interior de la psique de Euri. Esa es la clave de
la angustiante pregunta que se hace el mismo Jorge que
no entiende y se pregunta: "Y Euri y Jorge quedaron,
cercados por el amor, como la isla estaba cercada por
el río" (51). Poco después se casan
(51). Euri empieza a leerle cuentos a los leprosos, incluyendo
algunos de (Jorge Luis) Borges y versículos de
San Juan y San Mateo (54) y a pensar en lo que llama su
misión (54) con la que según Jorge "ella
no solamente daba sino que recibía algo de los
otros "(55). A partir de ese momento Euri responde
al llamado del otro.
LI testimonia un proceso de transformación, la
individuación de Jung, que implica la asimilación
de elementos del inconsciente colectivo para la recreación
del iniciado. La desaparición final de Jorge al
abandonar la isla sugiere el éxito del proceso.
Asociado con el papagayo que también desaparece,
su función es a la vez positiva y negativa, pertenece
al área de la sombra, al inconsciente que se ilumina
con la llegada de la luz de la conciencia. La isla es
a la vez a) el territorio de los "muertos en vida"
que quieren vivir, relegados y alojados en el inconsciente
y b) el Self o sí mismo, el centro de la psique,
el espacio sin espacio donde se unen el consciente y el
inconsciente para crear una supraconciencia, o conciencia
mayor, si se dan las condiciones para la llegada a ese
estado de trascendencia sólo reservado a unos pocos.
La posibilidad de analizar LI desde varios enfoques resulta
de su carácter visionario y gran riqueza simbólica.
En "Psicología y literatura" 14 Jung
distingue entre los modos psicológico y visionario
de la creación artística. Sostiene que hay
un arte que expresa la superficie consciente de la experiencia,
y otro conectado con patrones primordiales - arquetipos
del inconsciente colectivo- parecido a los sueños.
Jung afirma que la distinción entre mente y cuerpo
es artificial.15 Si el hombre moderno está en busca
de un alma es porque su naturaleza está dividida.
Para compensar esta disociación, surge la literatura
visionaria. Para él, otro modo de creación,
la psicológica, trata con materiales derivados
de la conciencia. Estas obras interpretan lo que está
en la superficie de lo consciente, y los contenidos oscuros
e invisibles se rechazan y evitan como irrelevantes.
Jung llama visionario al que se gesta en las zonas más
profundas del ser. LI se ajusta a esta definición.
Por ser arte visionario, un modo de penetrar en sus secretos
es el análisis de los símbolos y usamos
arquetípico o primordial para contenidos enraizados
en el inconsciente colectivo que pertenecen a la experiencia
primigenia del hombre según lo registra el mito.
Así, el significado profundo se conecta con el
trasfondo abismal del sin/tiempo donde el sueño
personal o la obra de arte se fusiona con el mito colectivo.
En la reescritura del mito de Orfeo en LI hallamos el
más logrado retrato de autorrealización
de una mujer, la mujer sabia, mediadora. Euri parece haber
logrado un grado muy alto de individuación: la
correspondiente a la personalidad del chamán, alguien
que no sólo puede curarse a sí mismo, sino
que puede curar a los demás. La curación
del niño de doce años -que se lastimó
la frente- al que besó y al poco tiempo dejó
la isla curado, le dio fama de milagrera (54). La sanación
de sí misma satisface a los médicos (57).
Su progreso espiritual resulta de su capacidad de sufrimiento
y compasión hacia el dolor de los otros. El olvido
de sí misma y su entrega a los necesitados ha sido
el remedio para su mal. Al aceptar lo que ella llama "misión"
(tres veces en 54) se convierte en agente de una fuerza
superior que la posee y los intereses personales ceden
ante el beneficio colectivo. Se compara a la Sibila que
obedece al dios Apolo, una fuerza poderosa que la posee
y anima.
En LI se mencionan personajes provenientes del mito, de
la historia de la medicina, la alquimia y del santoral,
que ayudan a configurar a Euri, buscadora y sanadora de
sí misma. Las referencias son indicios valiosos.
Igual ocurre con los únicos nombres de leprosos,
Serapio y Avelino. Contribuyen a delinear el itinerario
y ubicación de la acción y a señalar
su participación como auxiliares en la iniciación
y el logro de la nueva personalidad superior de Euri.
Esos nombres son hitos del desarrollo del proceso. Sutil
e intuitivamente la autora dibuja el contexto en el que
debe leerse LI, el de la alquimia espiritual, que difiere
de la de los sopladores o charlatanes que buscaban el
oro de este mundo, no el oro filosofal. La cita de Paracelso,16
vinculado con la alquimia espiritual es un importante
guiño al lector: "Todas las enfermedades son
curables"(46) y anticipa la posibilidad de la cura.
Euri comparte características con el Orfeo del
mito a quien se nombra (51). El cantor conmovía
las sombras del Hades con su música, así
como los leprosos se extasiaban con los relatos de Euri.
A su manera, ella también sufre el desmembramiento
y desciende al Hades.
En LI no se menciona a Asclepios o Esculapio, dios griego
de la medicina, pero sí al ciego Serapio, nombre
afín a terapia, que remite a un dios sanador, Serapis,
la contraparte de Asclepios, venerado en Delos. Como Asclepios,
era una divinidad ctónica que lo asimila a Hades/Plutón,
dios de los muertos. Por la oscuridad de su ceguera (como
Borges al que se cita) su presencia acentúa la
relación de la isla con el Hades. A su vez, la
asociación tácita de Serapio y Osiris y
la referencia a Euri, como "la mujer blanca"
(49) la vincula con Isis, esposa de Osiris, una diosa
blanca.17 Otro personaje vinculado con sanadores es Avelino
(49) que en el sorteo a la llegada de Euri, sería
el primero en saludarla, bienvenida que se pospone para
no asustarla. Alude a un santo napolitano asociado con
conversiones, milagros y curaciones. Avelino es el que
la sujeta e inmoviliza cuando está por huir con
Jorge y éste lo golpea y doblega hasta caer boca
abajo en el barro (61). En esa escena, alguien grita sangre
y Jorge dispara su revólver.
En ese instante en que se conjugan el barro, el rojo (de
la sangre) y el fuego (del disparo) Euri comprende que
no puede abandonar a los leprosos que beben sus palabras
como si fueran un bálsamo curador, y vive un cambio
radical, como si un terremoto18 hubiera ocurrido dentro
de sí. Se une a los leprosos en contra de Jorge,
le grita que se vaya y como todos le tira barro, y un
puñado lanzado por ella, lo golpea en el pecho19.
Este final violento para evitar su fuga con Jorge de la
isla, su risa alocada y estado de frenesí, trance
y euforia, su llanto a gritos, el tironeo de sus cabellos,
su baile, la alusión a su cadáver (61-62)
y la violencia de sus sensaciones y emociones señalan
el cambio radical que ocurre dentro de sí y que
la asociación previa con la Sybilla (47 ) es significativa.
Poco después puede ver claro, el estado de furor
y de éxtasis, del estar fuera de sí, ha
concluido. El constante juego de desorden y armonía,
de enfermedad y salud, son pasos que la llevan de la negación
de sí y a la unión de su ser dividido inicial
por el duelo (y dualidad) de su alma. La sangre es el
elemento mágico que anuncia el re-nacimiento.
Jung subraya el carácter colectivo del escritor
y afirma que cuando una situación arquetípica
ocurre, no somos más individuos sino la raza. El
que habla en imágenes primordiales habla con miles
de voces.20 La enfermedad, metafórica21 la forzó
al confinamiento, a iniciar una etapa de pruebas en una
estación en el infierno: el leprosario en la isla,
escenario de la etapa de disolución de la personalidad
(ver las imágenes en 46).
El descubrimiento de las manchas rosadas coincide con
la muerte del padre y marca una crisis psicológica.
Debe verse menos como un síntoma clínico
que uno de significación simbólica. En la
escena de violencia final, cuando alguien grita sangre
(60)22 aparecen claves de la alquimia espiritual: la caída
en el barro y el color de la diosa del amor. El rojo de
la sangre actúa como elixir donde el lado positivo
de la conciencia y los afectos masculinos traen una sabiduría
que reconforta. Equivale a la rubedo23 alquímica.
LI ofrece la evolución de un proceso de curación
dentro de la psicología de la posesión:
la caída en el inconsciente desde la mordedura,
el colapso de la conciencia, un estado de duelo (en su
doble sentido de luto y lucha) y melancolía ("humor
negro"). Gradualmente un cambio ocurre en la isla
y finalmente los médicos la declaran curada.
Aparecen imágenes demoníacas de descenso:
a) enfermedades (lepra, ceguera), b) animales: víbora,
buitres y el papagayo, asociado al loro ( y por el contexto
a la serpiente) y c) ciertos objetos como pinturas ( el
grabado de la Sybilla que vive en una caverna), el reloj
y el espejo (53) consideradas infernales en ficciones
de descenso por N.Frye .24 La asociación Euri/
Sibylla remite al estado de posesión por el dios
o fuerza bajo los que la vidente, pitia o pitonisa actúa.
Euri, comparada con una sombra (47) hace el viaje de la
muerte y abundan referencias a regiones infernales. El
opus que empezó con depresión y melancolía
termina con imágenes propias del chamanismo y la
alquimia.
LI es una "psychogonia,"25, un proceso de realización
del alma, según Grinnell (Grinnell 92). En el curso
de su estación en el infierno, Euri se transforma.
LI posee una serie de símbolos de renovación
: a) la sucesión de colores típicos del
proceso: la serie nigredo/albedo/rubedo, precedidos por
el verdigris -verde- de la lepra ), b) una pareja, ella,
vinculada a la plata y al blanco ( por sus pulseras y
vestido ) y él, al oro (por el anillo que compró
en Florencia), al fuego y al rojo de la sangre ( cuando
dispara el arma), entre otros. Euri, la candidata (candidus,
a, es blanco) a la iniciación, parte en el viaje
después de la muerte en algunas culturas, con símbolos
distintivos: la valija, su vestido blanco (48) y la herida
ritual. La travesía en el agua, el arribo de un
botero (58) y la presencia de seres defectuosos y enfermos
en la isla son elementos típicos del viaje al más
allá.
El alejamiento de Euri equivale a la "separatio"
de los alquimistas. En la literatura latina la única
mujer que emprende ese viaje es Psique, la novia de Eros,
perseguida por la madre del novio, Venus, en "El
asno de oro" de Apuleyo. Psique es alma, de modo
que en LI podemos hablar del viaje del alma desde el paraíso
de la inconsciencia ("Barrio Parque" 45) para
la integración del inconsciente con el consciente
(el logro de la piedra u oro filosofal en la alquimia).
Euri está muy cerca de "auri" genitivo
de aurum, oro y de aurora, el amanecer de un nuevo día.
Euri, la piedra enferma, desde que el cuento empieza,
parece arrojada en una situación de duelo, sometida
a un proceso de cambio a través del padecimiento.
El siete,26 asociado al regalo de Jorge del papagayo siete
años atrás ( 45 ), y a la hora de su llegada
en su última visita con el anillo ( 48 ) marca
los pasos o etapas de una caída o viaje interior
como opuesto a uno exterior, y se asocia con un ascenso
que lleva a una personalidad superior, la de un sanador,
curador o chamán. El significado simbólico
de este tipo de iniciación sugiere el retiro dentro
del propio ser. Esto es lo que hace Euri al abandonar
el pisito donde reside para iniciar el camino de los muertos
en vida. En el curso de este viaje no sólo se transforma
sino que entra en una nueva vida, una existencia de servicio
al otro que la necesita y de quien ella necesita.
Desde que LI empieza, aparecen signos del descenso, una
pérdida de estatus o prestigio, una disolución
del cuerpo marcada por el mal, la mutilación ritual
con la que inicia su viaje iniciatorio. Cuando Jorge aparece
en la isla, su experiencia difiere de la de Euri, porque
él sólo siente desprecio por los enfermos.
Recordemos su permanencia continua en Fernando Póo,
con viajes o apariciones cada siete años. El quiere
salir para siempre del inconsciente que es uno de los
significados de la isla. A pesar de la apariencia, Jorge
ha sido un ayudante, un agente de cambio y un promotor
del proceso que ha ocurrido en el interior de Euri. Cumple
el rol de socorrista o ayudante (socors animus), aunque
parezca lo contrario. El quiere entrar en la conciencia
cuyo centro es Euri, el ego. Así ambos se enriquecen,
él sale de la oscuridad y ella expande su conciencia
con la posesión del animus, arquetipo del inconsciente
que representa su contraparte masculina. El que produce
el mal es el que lo cura: Jorge le regaló el papagayo
y el anillo de oro.
Los ecos del material órfico envuelven el texto
en una atmósfera fantasmal y ultramundana y sugiere
una versión moderna y secular del descenso a un
más allá, el leprosario en la isla donde
Euri renace a una nueva vida con la incorporación
de elementos desconocidos de su ser, que a nivel realista
aparecen como leprosos apartados de la vista. La resolución
del conflicto entre el cuerpo y el espíritu se
expresa con la sanación de Euri.
Con fina premonición, se anunció el nacimiento
a una nueva vida cuando en una de las lecturas, alguien
dijo: "¡La niña Euri!; ¡ahora
da vuelta la página!
¡En el dedo lleva
un anillo como una estrella!" (55). Comprado en la
cuna del Renacimiento, colocado en el mismo dedo donde
sufrió la herida, se ha cerrado el círculo
abierto por el papagayo/Jorge. Una nueva página
empieza para Euri: la comunión con el otro.
Ya no estará más sola. "el milagro"
que los leprosos esperaban ha ocurrido ("seguramente
esperaban un milagro" 55). Por su entrega a la "misión"
ha florecido en ella un nuevo ser, integrado. El anillo
de oro "de compromiso" ( 45 ),27 símbolo
de totalidad y del centro de la psique, el Self o "sí
mismo", la fuerza potencial que promete hacer entero
al neófito, ha completado el ciclo: el renacimiento
milagroso de Euri, anunciado por la estrella28 irradiada
de su anillo. El proceso de unión con su "animus,"
mensajero de su inconsciente, se ha cumplido irónicamente
con el alejamiento aparente de la isla y su conjunción
violenta con Euri. En las iniciaciones se da la paradoja
de que el casamiento, la muerte y el renacimiento ocurren
simultáneamente.29
NOTAS
1. "La isla" en Levinson, El estigma (45-62).
2. Como trampero, el papagayo crea problemas. Podría
imaginarse como la serpiente
emplumada de D. H. Lawrence. Hay un ofidio venenoso en
Ecuador llamado papagayo. Detrás del trampero está
Hermes/Mercurio que enloquecía a los alquimistas.
Hermes es mensajero de los dioses y lleva las almas al
Hades. Asume varias formas y suele ser contador de cuentos
que son sólo ficciones. Se asocia con la capacidad
de engañar del arte y con el chamán. Es
lo opuesto al orden, amigo del caos, enemigo de los límites.
Pertenece a la sombra y cuando la luz llega, desaparece.
La herida del papagayo, un estigma como la lepra, actúa
como poder de transformación. Aparece en el contexto
asociado con la serpiente, que es a) símbolo del
umbral - separa y une - entre la vida y la muerte, conciencia
e inconsciente, las cavernas y entradas al otro mundo,
b) posee poderes oraculares y a la Sibila se la llamaba
pitonisa o pitia, porque se asocia con la serpiente. Von
Franz, Individuation (pp. 176-7) y Radin, The trickster.
3. Por ser la iniciación de una mujer, usamos
la héroe y no "heroína" porque
ésta tiene un rol secundario y acompaña
al varón protagonista en el papel del héroe.
4. En la alquimia, la piedra o lapis recibe el nombre
de huérfana. Jung, Mysterium (17, 37, 41). Sobre
la lepra o verdigris, la enfermedad inicial de los metales
y de la piedra, que puede llevar al oro filosofal, el
logro final de la perfección en la alquimia por
la fuerza del verde, Jung afirma ( 432) que es el verde
bendito, la benedicta viriditas, el espíritu divino
que genera todo lo viviente.
5. Jorge, es un homenaje a Jorge Luis Borges (56) con
quien LML tuvo gran amistad y colaboró en algunos
cuentos. Las famosas George Sand y George Elliot se ocultaron
con ese nombre. San Jorge es el santo agricultor matador
del dragón y Orfeo se asocia con la agricultura.
Para los nombres usamos Tibon, Diccionario de nombres.
6. La mano se asocia con la relación y comunicación
con los otros. Un daño en la mano es una caída
en el aislamiento, la incomunicación, un retiro
dentro de sí mismo. La mordedura cae en el campo
de la fusión. Para símbolos, Biedermann,
Chevalier -Gheerbrant, Cirlot y Julien.
7. S. Angus, The Mystery-Religions. Ver Orphism (107,
152).
8. Para el héroe, entre otros, Campbell, The Hero;
Eliade, Rites, The Mysteries.
9. Pieper, Entusiasmo (86, 87). Allí las líneas
de la Sibila en La Eneida VI.
10. Eliade, El chamanismo. Todo el libro ha sido esencial.
11. Las flores poseen una configuración de mandala
(compárese con "La flor de oro" de Buda)
y son símbolos del Sí mismo Representan
el milagro de que pueda surgir vida de la materia grosera
.Von Franz, Sobre los sueños (60).
12. Chevalier et Gheerbrant, Dictionnaire, Ile (50-51),
vol.3.
13. El animus, asociado con el aire, es el componente
masculino en la mujer que reside en su interior. Es un
arquetipo del inconsciente colectivo. Jung, Man (189-195).
Puede ser positivo y un puente hacia el sí mismo.
Jorge compra el anillo en Ponte Vecchio (45).
14. Jung, "Psychology and Literature" en Modern
Man (52-72).
15. Jung, "A Psychological Theory of Types"
en Modern Man (74).
16. Paracelso es el seudónimo de un médico
y alquimista suizo (1493-1541) que meditó sobre
el enorme poder de la imaginación.
17. La blancura es ambigua según Graves, The White
(432), donde blanco alude tanto a la pureza como a la
lepra y la muerte.
18. El terremoto es uno de los símbolos más
logrados para describir la experiencia que Euri sufre.
Grinnell, como si hubiera leído y tuviera LI como
caso de estudio, afirma en Alchemy que: a) el nacimiento
de una nueva actitud se siente como una convulsión
subterránea, un terremoto, como muerte y renacimiento"
( 130 ); b) en sueños es positivo y es un cambio
en la personalidad ( 133 ); c) es la liberación
de una carga (149); ch) es una iluminación o florecimiento
( 141); d) ocurre como una síntesis de consciente
e inconsciente, y aparece el color rojo ( 133-4 ). Como
culminación sobre el carácter visionario
de LI, en Grinnell, textualmente: "La herida de la
mordedura de la serpiente, el stigmatum ha funcionado
como un poder de transformación de su identidad"
(157)). Estigma aparece en el título del libro
donde leemos LI.
19. El barro remite a la creación bíblica
de Adán. Euri ha regresado a los orígenes,
la materia primordial con la que el hombre fue moldeado.
Ha llegado al paroxismo del estar fuera de sí.
Uniéndose a los leprosos le arroja barro a Jorge
en el pecho, sede de las funciones mentales y afectivas.
Con ese barro ¿lo incorporará mágicamente
a su ser, le dará vida y serán alma inmortal
e indivisible?
20. Jung, "On the Relation of Analytical Psychology
to Poetry" en Critical Theory (818).
21. Sontag, Illness (57-58) afirma que en la Edad Media
la lepra era emblema de corrupción, decadencia,
infección, anomia y debilidad.
22. Para los alquimistas la sangre es sustancia redentora,
la más alta y sutil para obtener el estado espiritual
superior de la conjunción. Raff, Jung (197).
23. La sangre sugiere rojo, el color con el que culmina
el opus, la rubedo. Se asocia con emociones, el amor,
la furia. En esta etapa ocurre un conflicto violento donde
las partes parecieran querer destruirse pero lleva gradualmente
a una disminución de la intensidad de la lucha.
Aún dentro de esa violencia hay una promesa, como
el arco iris después de una tormenta y en el escenario
aparecerán flores (aquí los camalotes).
24. Frye, The Secular ( 97-126)
25. Grinnell, Alchemy (92, 118, 144) da esa definición
del término.
26. El siete es muy complejo, señala un ciclo
completo, es número sagrado. Julien, Le Dictionnaire
(361-65).
27. El anillo es "el sí mismo", centro
del alma, símbolo de totalidad, simetría
y perfectamente equilibrado. Además es de oro.
Es símbolo de la coincidencia de los opuestos.
28. El brillo del anillo, como una estrella, alude a
la idea del alma como un centelleo, una chispa, idea que
viene del místico Eckhart. Anuncia el nacimiento
de una gran personalidad. Jung trata el tema de la scintilla
en la alquimia en Mysterium (48, 304, 491). Al anillo
de compromiso que lleva una joya o brillante se le llama
cintillo.
29. Hay un famoso juego de palabras entre iniciación
y morir en Plutarco, (De anima, fragm.6) donde la palabra
para morir, teleutao es semejante a theleisthai, iniciación.
Eliade, en The Two (67) incluye una cita que expresa que
la unificación y el acto de devenir lo que uno
es, al mismo tiempo significa una muerte, un renacimiento
y un casamiento. La paradoja se da con el alejamiento
aparente de Jorge, pues todo sugiere su unión con
Euri.
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